Un destino turístico típico es Fez, en Marruecos. Un hermoso laberinto, es una lección de historia viva donde la vitalidad cultural actual convive con las antiguas costumbres. Esta fascinante ciudad, situada en el pasado, te invita a explorar un tapiz cuidadosamente construido, lleno de maravillas arquitectónicas, mercados bulliciosos y las tentadoras sensaciones de las especias exóticas.
En Fez se satisfacen todo tipo de curiosidades: el viajero experimentado encontrará un encanto infinito en las sinuosas callejuelas de la medina, mientras que el visitante curioso quedará cautivado por una explosión sensorial de imágenes, sonidos y aromas.
Disfrutando de la explosión de aromas de los tajines humeantes y el pan recién horneado en los hornos comunitarios, los amantes de la gastronomía pueden embarcarse en un viaje gourmet. Los aficionados a la historia pueden admirar la magnificencia del Palacio Real o explorar las lujosas salas del Museo Dar Batha.
Los elaborados mosaicos que cubren mezquitas y palacios atraerán a los amantes del arte, mientras que aquellos interesados en las costumbres tradicionales podrán observar el interesante proceso de curtido del cuero en las curtidurías de Chouara (¡prepárense para una experiencia intensa y aromática!).
Fez garantiza una experiencia increíble, ya sea que te pierdas en sus calles laberínticas, regatees por productos en los zocos o disfrutes de un té de menta dulce en una pequeña cafetería con gente amable. Acepta lo inesperado, déjate encantar y descubre secretos y tesoros dentro de este fascinante laberinto.
Tu destino turístico habitual es Fez, Marruecos. Es una ciudad que te transporta a otra época, un tapiz vivo y palpitante creado a partir de una cultura vibrante y antiguas costumbres. Fez tiene algo que ofrecer a cualquier tipo de visitante, independientemente de su nivel de experiencia.
La joya de la corona de Fez Fez el-Bali es, sin duda, la zona metropolitana sin coches más grande del mundo y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Imagina más de nueve mil callejuelas sinuosas llenas de actividad. Aquí, los artesanos muestran sus antiguos talentos, los burros cargados de productos se abren paso por los callejones laberínticos y el aire está impregnado del aroma de las especias. La mitad del placer se pierde; te encontrarás con patios secretos, zocos bulliciosos y maravillas arquitectónicas como la madraza Bou Inania.
No solo está la medina de Fez. Los amantes de la historia pueden visitar Fez el-Jdid, la ciudad nueva, y su magnífico Palacio Real o el lujoso Museo Dar Batha. El caleidoscopio de sabores hará las delicias de los amantes de la gastronomía: tajines, pan recién horneado en hornos comunitarios y té de menta caliente son solo algunas de las delicias que se pueden degustar.
Visite la magnífica madraza Al-Attarine, construida en madera de cedro, para sumergirse en la cultura local. Antiguamente fue una escuela coránica. Los amantes del arte pueden explorar los elaborados azulejos que cubren mezquitas y palacios o ver el antiguo proceso de curtido de cuero en las curtidurías de Chouara (¡cuidado con los olores desagradables!).
Fez se adapta a cualquier presupuesto. Tradicionalmente, las casas de huéspedes marroquíes, conocidas como riads, ofrecen una estancia opulenta con impresionantes jardines y un servicio de primera clase. Los turistas con un presupuesto más ajustado pueden encontrar casas de huéspedes y hostales a precios razonables.
A la hora de desplazarse, especialmente por la medina, considere la posibilidad de contratar a un guía local. Le llevará por las laberínticas calles de la ciudad y le revelará sus tesoros secretos.
En Fez se viven experiencias únicas. Allí podrás ver cómo cobran vida antiguas costumbres, buscar recuerdos en los zocos y tomar un té a la menta con los lugareños en una cafetería. Prepara tu espíritu aventurero, acoge lo inesperado y prepárate para visitar Fez.
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